miércoles, 17 de febrero de 2016
Por Joel Paredes Moya
Desde pequeño he oído repetidamente que hubo un síndico llamado Juan Pinales que dijo que en Sabana de la Mar no habían hombres, yo me imagino porque ese señor dijo esa frase.
La verdad es que en nuestro pueblo se han dado episodios y acontecimientos que cualquiera pensaría que eso es así, y no estoy de acuerdo porque los sabanamarinos somos gentes valientes y sobre todo gentes de paz. Pero los últimos dos procesos cívico a los que hemos concurrido nos dejan una gran interrogante, ya que la voluntad popular ha sido vulgarmente vulnerada bajo el más avasallante abuso de la fuerza representada en los uniformes y los fusiles.
Ante esos dos acontecimiento el pueblo ha tomado el camino de la paz y especialmente en el último proceso en el que el hombre por cual muchos estábamos dispuestos a todo se ocultó en lugares citadinos dejando abandonado a todo un pueblo, sediento de justicia, y peor ahora ese mismo hombre nos infringido a todos los que luchamos por él, la más grande de las frustraciones sociopolíticas, pues hoy lo vemos postrado y de rodilla ante su verdugo, y a sus servicios, y de eso yo no lo culpo, lo perdono, porque las secciones de esoterismo a que fue sometido, dichoso fue el que no se pegó un tiro.
Luego de alzados con el poder usurpado, esos personajes desataron todo tipo de persecución y atropellos contra los más humildes de este pueblo, llegándose a protagonizar hechos y acciones que nos han obligado a preguntarnos si Pinales tenía razón.
Pero con el paso de los años el pueblo se ha ido empoderando y concientizando y hay un remanente de lucha y resistencia contra la injusticia y los abusos que tendrá obligatoriamente que unificar criterios para no seguir viendo su dignidad pisoteada y sus derechos violados y arrebatados...
Unificaos pues en criterios y acciones identificando sin pasiones a quien pueda ser el resorte para cumplir nuestros objetivos encaminados a recatar nuestro patrimonio y casa del pueblo...
